WHIPLASH de Damien Chazelle
(Estados Unidos)
Desde hace muchos años no me entusiasmaba una
película que triunfara en Sundance. Whiplash cuenta la historia de Andrew
(Miles Teller) un joven batería de jazz cuya única meta en la vida es
convertirse en uno de los mejores músicos de la historia. Para lograr este
sueño se pondrá bajo las órdenes de Terence Fletcher (J.K Simmons), un profesor
que quiere encontrar al próximo gran músico. Para ello Fletcher
usará métodos poco ortodoxos llevando a sus alumnos al límite. Whiplash resulta
brillante porque su poderosa moraleja se aleja de todo cliché que trata de
imponer las películas de superación personal (véase como ejemplo la patética
The Pursuit of Happyness), Whiplash habla del potencial innato, de la sangre y
el sudor que se debe derramar para consolidar las metas, de la dedicación y de
la lucha constante e imparable por superarse a sí mismo. Con un ritmo a golpe
de Jazz, la película funciona durante todo su metraje gracias a su solvente
narrativa, el excelente montaje, la sobresaliente actuación de J.K Simmons y la
deslumbrante dirección de Chazelle. Apasionante, vibrante, obsesiva, de una
energía alucinante, Whiplash es de las grandes sorpresas del año y como no, uno
de los filmes mas enriquecedores del momento. Magnifica.
(8.0/10)
1 comentarios:
Me parece que este es el tipo de películas que deben de ver los jóvenes, quienes a veces están perdidos por no sabe lo que quieren o que muchas veces se dan por vencidos, Whiplash muestra que la lucha es difícil pero vale la pena intentarlo.
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