Lou Bloom (Jake Gyllenhaal) es un apasionado
joven sin mucha suerte en la búsqueda de trabajo que, tras ser testigo de un
accidente, descubre el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad
de Los Angeles. Nightcrawler es la ópera prima de Dan Gilroy, y eso se nota. La
falta de imaginación en las imágenes en mucha de las escenas y su irregular ritmo, atesoran un director debutante y nervioso tras
las cámaras. Por el contrario, el guion de Nightcrawler parece interesante en
cierta medida, posee unos diálogos punzantes y momentos altamente satíricos.
Gyllenhaal adelgazó unos 10 kilos para convertirse en este sujeto, a muchos les
impresiona este personaje, a mi me causa gracia y me resulta inverosímil en
todo el metraje. Nightcrawler es la típica película “fácil” con ingredientes
que impresionan al público y les hace creer que el filme es más inteligente de
lo que es. ¿Cómo lo consigue? Nos muestra un personaje sociópata y enfoca a
todos los noticieros como sensacionalistas; de inmediato se cree que es un film
crítico de la morbosidad humana y la cacería del rating de los medios. Su
método de manipulación no funciona conmigo. Ni espeluznante ni completamente
crítica, Nightcrawler es meramente entretenida y se postula desde ya como uno de
los filmes más sobrevalorados del año.
(6.0/10)
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