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Saturday, December 08, 2012

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Critica AMOUR

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Titulo: Amour / Love / Liebe
Director: Michael Haneke
País: Austria
Género: Drama
Guión: Michael Haneke
Fotografía: Darius Khondji
Música: Franz Schubert, Ludwig Van Beethoven, Johann Sebastian Bach
Reparto: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert, William Shimell, Rita Blanco, Laurent Capelluto
Sinopsis: Crudo retrato de la vejez y de la muerte. Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva forman una pareja ya octogenaria, músicos retirados, que viven en París. Isabelle Huppert interpreta a la hija de ambos. El amor de la pareja será puesto a prueba en el momento en que ella sufre una grave parálisis.
Trailer: Amour



Reseñar y calificar el trabajo cinematográfico de alguien tan complejo e interesante como lo es Michael Haneke, es muy complicado —pero excitante— ya que se suele cometer el error de caer en la errancia. Las obras del director siempre son el punto de partida hacia profundas reflexiones sobre los diversos malestares que atormenta al hombre contemporáneo y, que ingratamente trata de aniquilar de su conciencia. Con «Amour» –su más reciente trabajo– el director austriaco emprende su proyecto mas personal, suponiendo un salto mortal al leitmotiv central que rodeaba sus producciones precedentes. En esta oportunidad, Haneke sitúa bajo su microscopio a una pareja de octogenarios devorados por el dolor y la incertidumbre ante la terrible enfermedad que aqueja a uno de ellos. Con un intimismo feroz a puerta cerrada, impactantes interpretaciones y un realismo asfixiante, la película persigue un objetivo común, enfatizar en la fuerza del sufrimiento que nos atormenta cuando un ser querido debe lidiar con la muerte, y como éste renuncia a su dignidad, cuando sus facultades físicas y mentales están mermadas. Como era de esperar, el resultado es realmente arrebatador y escalofriante. «Amour» presume un sonoro éxito en el 2012, la crítica enaltece la lucidez asombrosa de la propuesta  y le otorga numeroso premios, como los logrados en el Festival de Cannes (Palma de Oro 2012) o en los Premios del Cine Europeo (EFA Mejor Película, Mejor Director y Mejores actuaciones interpretativas). «Amour» es una película sombría y reflexiva sobre las dolencias físicas y emocionales que abruman en la vejez. Michael Haneke se consolida –junto al húngaro Béla Tarr– como el mejor realizador cinematográfico de la actualidad y uno de los cineastas más importantes de la historia. 

En «Amour», Haneke abandona viejas obsesiones recurrentes en sus películas, y se centra en una narrativa mucho más sencilla y precisa –sin el carácter coral de sus dramas anteriores. La tragedia desmedida que se ocultaba en los fantasmas interiores de sus personajes, no parece tener lugar en la nueva cinta del austriaco. Por el contrario, presenciamos cierta compasión o afecto nunca antes visto en su cine, un rasgo que resulta verídico si se escarba en el tema del sufrimiento, el dolor y la vejez. Esta nueva vertiente esta retratada sin perder el estilismo turbador, angustiante, analítico y sin concepciones al maniqueísmo que tanto define al director. Siendo «aparentemente» su narrativa mucho más fácil y cómoda de seguir, y su discurso «aparentemente» mucho más masticable que sus películas anteriores, Haneke finalmente logra ganarse el aprecio de las grandes audiencias que anteriormente le reprochaba. «Amour» está destinada a ser reconocida y galardonada por la crítica y el público que desde ya la cataloga como una «obra maestra». Calificativo que a mi parecer, sólo merece dentro de su filmografía películas como «La Pianiste», «Caché» y «Das Weisse Band». Esto no quiere decir que no me guste su nueva propuesta, por el contrario, este nuevo aliciente en su cine me parece brutalmente interesante y digno de ser analizado y reflexionado, pero sus anteriores películas han generado un gozo más alto en mí. 


«Amour» cuenta la historia de  una pareja de ancianos, músicos retirados, que viven en un cómodo apartamento en París. Anne (Emmanuelle Riva) comienza a padecer una enfermedad que le paraliza la mitad de su cuerpo. George (Jean-Louis Trintignant) deberá cuidar de ella y hacer sus días más fáciles y llevaderos. La película expone esa terrible etapa final de nuestras vidas, en donde sólo resta esperar la muerte, o en este caso, amoldarnos ante la enfermedad y resguardar sigilosamente ante el inminente fin que tarde o temprano terminara por llegar. La enfermedad de Anne, le sirve a Haneke como pretexto argumental para abordar la terrible tragedia que se vive en la vejez, y que injustamente los medios y el mismo arte, malinterpretan y representan inverosímilmente –durante el metraje se enfocan varias pinturas con un fin autocomplaciente. Esta historia sobre  el dolor es meramente un MacGuffin que Haneke emplea para introducirnos en reflexiones mucho más profundas sobre la pérdida de la identidad y la dignidad ante la vejez, el terror desenfrenado ante la soledad, la incomprensión entre la pareja producida por la enfermedad, la indeseada extinción y el terror ante lo desconocido. A todo este conjunto de temas incómodos que forman una sinfonía inquietante –como el Impromptu Op.90 No.3 de Franz Schubert– Haneke lo llama «Amour», lleno de matices, numerosas cuestiones y  metáforas inquietantes, conspirando en pro del insomnio del espectador, que deberá dar respuesta a las múltiples interrogantes. 

«Amour» está llena de silencios y miradas perturbadoras que –como siempre– esconden un horrible cumulo de sentimientos. Sus personajes navegando ante la incertidumbre de la enfermedad y la confrontación con el inevitable final, crean una atmósfera de letargo doloroso que jamás da cabida a la clara resolución del mensaje. «Amour» está siendo malinterpretada y creo que precisamente ésta era la intención de Haneke –recordemos que él siempre pide a sus espectadores desconfiar incluso de su mismo arte. El realizador toma al espectador y lo hace participe de su juego, lo inmiscuye en su historia –titulada precipitadamente como «amor»– le plantea las interrogantes y deja que él mismo avance las respuestas. Bajo esta supuesta sencilla propuesta, se puede esconder algo realmente siniestro, algo que sólo los oriundos del cine de Haneke pueden entender de buenas a primeras. Para el que desconoce al director o no lo entiende con precisión, «Amour» puede resultar una historia nostálgica sobre la devoción, el afecto y el ultimo adiós. Para los que lo conocen con exactitud, «Amour» es una película muy personal y nada sentimental –Haneke  prescinde de momentos dramáticos, sus personajes expresan su desesperación sin llegar a las lagrimas– con la que el director intenta explicar como el ser humano niega su finitud durante casi toda su vida, pero debe afrontarla cuando se llega a la vejez y se padecen dolores físicos y mentales. Su discurso sirve para afianzar la idea de que nuestra sociedad vive de espaldas a la muerte y que tal vez deberíamos aceptarla y asumirla de manera más abierta. «Amour» empuja al espectador a que busque sus propias conclusiones, algunos optan por el camino más fácil, otros lo hacen por el camino más escabroso y más interesante. «La labor del arte es enfrentarnos a cosas que la industria del entretenimiento a menudo mantiene ocultas» y por ello Haneke ha creado una película autentica que por primera vez retrata la vejez y la muerte de manera honesta y realista.  


La película pone al elogio del espectador, el tour de forcé interpretativo en estado de gracia  de Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva. Dos de los trabajos actorales mas soberbios en lo que va de año. Para Haneke, sus rostros que albergan dolor y desesperación, son más meritorios que cualquier movimiento de cámara.  La estética, una vez más bajo la firma del realizador, es fría y pausada. Debemos interactuar con las imágenes y adentrarnos en sus secretos. Gracias a la calma del pulso del director, podemos clarificar varias de las metáforas que allí suscitan –el verdadero destino de la paloma y la ambigüedad del desenlace. 

Haneke vuelve a demostrar que es un provocador de emociones, que es de su menester abrevar  profundamente en el dolor de la realidad y entremezclarlo con el artificio del cine para detonar un discurso un tanto desesperanzador.  El resultado quizás no sea tan óptimo como en sus pasadas producciones en donde el magnetismo de su mensaje era profundamente oscuro. Aún así, «Amour» consigue abordar inteligentemente la dolorosa tragedia de lo cotidiano durante la ancianidad, gracias a su intelectual discurso que  sorprender y hace repensar sobre la condición humana. Echando de menos ciertos ingredientes de su cine, y una mano mucho más severa y critica, puedo decir que pese a todo esto Haneke sigue siendo el mismo: «no hay esperanza para el ser humano». «Amour» es una película absorbente y extraordinariamente emocionante.


Nota: 8.0/10




11 comentarios:

angel said...

Creo que coindimos bastante, el personaje de Huppert para mi es el contrapunto determinante. Y la metáfora de la paloma... ¿? cosas de Haneke.

Yoel Parrotta Walas said...

Estaba visitando otros blogs y ví en sus favoritos que actualizaste y nada menos con "Amour"!
La pude ver en el "Festival de Cine Europeo de Buenos Aires" y me encantó.
Ya estamos rozando un nuevo año y todavía no tenemos acceso a un montón de películas del presente año, algo que me desquicia jaja.
Me gustó mucho la crítica, espero que sigas viendo algunas del presente año para recomendar jaja.
Cuidate! Saludos! Suerte!

Anonymous said...

Alta crítica!
Me gusta que hagas un análisis de peliculas de gran calidad.

Anny Rozas said...

La dignidad humana es puesta a prueba. Nadie lo haría mejor que Haneke. Y concuerdo contigo, junto con Béla Tarr, son los cineastas más interesantes del panorama cinematográfico actual.

Te dejo mi reseña de la película.

http://elojodebaltasar.blogspot.com/2012/12/amour.html

Saludos.-

Anonymous said...

Muy bien! Me gustó mucho!

Anonymous said...

Haneke ha salvado este año cinematográfico. En cuanto a la película, Haneke siempre ha manifestado que su cine es de preguntas y que la respuesta está en nosotros. Entonces, tomemos la película como un relato crudo o como uno humanitario, ambas respuestas son igual de correctas.
Saludos!

Dialoguista said...

Me encanta leer reseñas de las pelis que me gustaron, y esta no es la excepción!!! Muy buen análisis. Vos conoces al director mucho más que yo, así que me aportas algo más a lo que yo vi. Saludos!!!

Unknown said...

Excelente, tengo mucho más ganas de ver AMOUR!!
Saludos a todos por el blog
Los invito a www.dualidadalterna.com

Alvaro said...

Muy interesante tu crítica, coincido practicamente en todo. No soy muy amante de Haneke, pero esta vez entré en su mundo de silencios y sentimientos escondidos con sutileza. No me gustó la escena final que no entendí, yo también le daría un 8.

Jorge Moreno Celaya said...

hasta el momento la película que más me ha gustado de la temporada, grande en todos los sentidos!

saludos!

Willy said...

Muy buena y al final de la pelicula es su espiritu de ella que lo lleva a su esposo para estar juntos alla en el cielo