Titulo: Moneyball / Rompiendo
las reglas / El juego de la fortuna
Director: Bennett Miller
País: Estados Unidos
Género: Drama.
Deportes. Béisbol.
Guión: Aaron Sorkin, Steven
Zaillian
Fotografía: Wally Pfister
Música: Mychael Danna
Reparto: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright Penn, Chris Pratt
Sinopsis: Billy Beane es el director general de un equipo de béisbol
de Oakland, que logra mantenerse en los primeros puestos de su categoría e
incluso llegar a la final durante varios años consecutivos, y todo ello a pesar
de contar con uno de los presupuestos más bajos de todas las grandes ligas.
Trailer: Moneyball
Por lo menos en mi caso, el género
deportivo es uno de los géneros que más me cuesta asimilar y consumir debido a
su relación directa con falsos propósitos que enaltecen injustificablemente la
vanidad y el engreimiento de nuestra sociedad. Quizás tal malestar sea
reconocible al afirmar que no existen muchos títulos exitosos concebidos por
este género. Pero de los pocos remarcables, encontramos los que conjugan un
argumento de trasfondo que le da validez y relevancia a todo el conjunto. Moneyball
es uno de ellos, una película que data sobre un asunto deportivo pero que se
mueve en terreno antagónico a éste. Parece que a la nueva producción de Bennett
Miller (director) esta fórmula le viene como anillo al dedo. Incluso parece
cierto que toda película deportiva puede sobresalir gracias a este método,
aunque se han apreciado paulatinamente grandes excepciones, como el fallido intento
de Clint Eastwood por equilibrar —aunque termina desequilibrando— deporte y política
en Invictus (2009). Aún así, sigo pensando que el deporte en el cine sigue
siendo algo muy difícil de representar, incluso si apelamos a la falta de títulos
que revolucionen el género o le dé una nueva óptica de perspicacia y calidad.
JUST ENJOY THE SHOW
Moneyball, basada en hechos
reales, cuanta la historia de Billy Beane (Brad Pitt), el gerente general de
los Atléticos de Oakland. Un equipo que pierde a sus mejores elementos, luego
de perder un partido de post-temporada contra los Yankees. Billy planea
reformular estratégicamente la vieja escuela, con un método revolucionario y
peligroso, llevado a cabo gracias a un chico geek llamado Peter Brand (Jonah
Hill), graduado en Yale, que no sabe nada del juego, pero sí de estadísticas y matemáticas.
Billy y Peter, valoraran a los jugadores por su desempeño atlético y no por su
imagen pública (estigma que al parecer mueve este deporte) y de esta manera,
construyen un equipo nuevo con un presupuesto insuficiente —para la
competencia— y con jugadores desestimados por la liga. Sorpresivamente, los
Atléticos de Oakland lograran un récord de victorias en la temporada, incluso invencible
hasta nuestros días.
Por lo tanto, Moneyball resulta increíblemente exquisita
y solvente, ya que la película se mueve fuera de la cancha de juego y no se
remite a la persistente y obsesiva idea de documentar toda una temporada de
juegos que resultaría atormentadora (para nadie es un secreto que el beisbol es
el deporte más aburrido del planeta). Pero Moneyball no se olvida de sus raíces,
y propone un excelente trasfondo argumental que enaltece y analiza la pasión por este
deporte, sin etiquetar o dividir entre un jugador, el gerente del equipo o un
simple espectador.
Bennett Miller,
luego de dejarme pasmado, encantado y extremadamente satisfecho con su opera prima
(Capote, 2005), retoma el mando con una propuesta diferente a su primer
avistamiento en el séptimo arte. El director sorprendentemente realiza todo los
deberes y aborda con suma madures, sencillez y solvencia, esta genuina
propuesta que da unos pasos hacia adelante en pro de cambiar positivamente este
género que se cree ya desahuciado. La dirección de Bennett
Miller me gusta, aunque quizás no es tan brillante como en Capote, pero si se
debe reconocer que el éxito de Moneyball, también radica en el desempeño de su
director por llevar a las imágenes el brillante guion de Aaron Sorkin (The Social Network, 2010) y Steven Zaillian, y
convertir estas imágenes en un conjunto inquebrantable que no posee hoyos ni asperezas.
Moneyball es el juego de los
perdedores. Es la contrapartida a la idea mediática de que solo los fuertes
triunfaran. Es la representación de los sacrificios, los sueños, los ideales y
los fracasos que mueven y marcan esta pasión. También, Moneyball nos dice
suevamente —y en repetidas escenas en la que Billy escucha cantar a su hija—
que este deporte es simplemente un show, un divertimento que debe ser consumido
como tal.
Brad Pitt
encarna con sutileza y mucho agrado, al neurótico Billy Beane. Su correcta actuación da una nueva perspectiva a
su talento. Está muy claro que Pitt quiere desprenderse del estigma del hombre
agraciado físicamente y demostrar sus dotes actorales (muchos que se hacen
llamar actores deberían seguir su ejemplo), pues bien, en Moneyball aunque no ejerce su mejor actuación, resulta increíblemente
cumplidor y dotado de capacidad actoral. Su gran desempeño le agrega
credibilidad a la propuesta y gracias a su espontaneidad logra equilibrar muy
bien el drama y el humor que denota narrativamente el argumento. Jonah Hill
como Peter Brand y Philip Seymour Hoffman como Art
Howe, se encuentras igualmente correctos pero no remarcables en sus roles. Hay
que recalcar, que es sorprendente que aunque no exista un personaje femenino
imponente y que esta película se trate de un deporte para hombres, no resulta
en ningún momento áspera, fría o recia, por el contrario, Moneyball es apasionante y hasta nostálgica.
La fuerza de los diálogos de Sorkin (guion
remarcable), la valentía en la dirección de Miller, el excelente desempeño técnico
(sobretodo el atractivo montaje y la estimable composición musical de Mychael
Danna) y las correctas actuaciones (lideradas estupendamente por brad Pitt) hacen
de Moneyball un filme triunfante y
disfrutable (incluso para los que no simpatizamos con el béisbol) ya que la película
va mas allá del deporte, y resume con humor y dramatismo, una potente reflexión
sobre la motivación, la pasión, la sinceridad y la auto reflexión que induce a
cada individuo hacia el camino del ideal. Sorprendente y entrañable.
Nota: 7.5/10
2 comentarios:
Es una película bastante esperada, sobre todo por el guión de Sorkin y las actuaciones de Pitt, Hill y Hoffman. Aquí el pre-estreno nacional será el 25 noviembre gracias al "Torino Film Festival", inútil decir que no veo la hora.
Como de costumbre, excelente reseña!.
Un abbraccio e tanti saluti José!!!
Muy buena la critica que has hecho. A penas se estrene en mi país, la voy a ver, creo que llegará el 29 de Diciembre,
Saludos, y espero que pases por mi Blog,
Hogar de Cine
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