Critica de HABEMUS PAPAM

Titulo: Habemus Papam / We Have a Pope / El psicoanalista del Papa

Director: Nanni Moretti

País: Italia

Género: Drama. Comedia

Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Federica Pontremoli

Fotografía: Alessandro Pesci

Música:

Reparto: Michel Piccoli, Nanni Moretti, Margherita Buy, Jerzy Stuhr, Renato

Scarpa, Roberto Nobile, Franco Graziosi, Massimo Dobrovic, Leonardo Della Bianca

Sinopsis: Después de la muerte del Papa, el Cónclave se reunió para elegir a su sucesor. Son necesarios varios votos antes de que se eleve el humo blanco. ¡Al fin se eligió a un cardenal! Pero los fieles que se han congregado en la Plaza de San Pedro esperan en vano la aparición en el balcón del nuevo pontífice. Este último no parece estar preparado para soportar el peso de tal responsabilidad. ¿Es angustia? ¿Depresión? ¿Miedo a no estar a la altura? El mundo entero pronto será presa de la inquietud, mientras que en el Vaticano, se buscan soluciones para superar la crisis.

Trailer: Habemus Papam

Incuestionablemente, Nanni Moretti es la figura emblemática de la cinematografía italiana de la actualidad. Cintas como “Caro Diario” (1993), “Bianca” (1984), “Ecce Bombo” (1978) y las extraordinarias “La Stanza del figlio” (2001) y “La messa é finita” (1985) pueden respaldar perfectamente esta valoración. Luego de cinco años de ausencia tras “Il Caimano” (2006), Moretti retorna con “Habemus Papam”, y este acontecimiento es obviamente una celebración.  

CARDENALES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS

“Habemus Papam” está concebida como una comedia clásica, diferenciándola satisfactoriamente de la comedia contemporánea y su injustificada vulgaridad. Es decir, Moretti va en búsqueda —con este nuevo proyecto— de los orígenes del género para reconstruir todos estos tópicos que dan forma y cabida a lo que parece ser la clásica comedia neorrealista italiana. La película cuenta la atípica historia de Melville (Piccolo), un actor frustrado que la vida término por convertirlo en sacerdote. Luego de la muerte del Papa, el conclave conformado por los cardenales aliguen cómo nuevo sucesor a Melville, y es por esto que el hombre sufre un ataque de pánico. Posteriormente aparece la figura antagónica de todos estos hechos, el psicoanalista, encargado de darle solución a la crisis del nuevo pontífice y alivianar los nervios de los neuróticos cardenales.

Si decidimos evaluar la película por cada una de sus partes —aunque no presenta divisiones o categorías— o si la evaluamos como un todo —obra en general— nos encontraremos con una cinta con múltiples fisuras e irregularidades. En primera instancia, “Habemus Papam” nos cuenta durante las primeras imágenes el clímax que se vive en el vaticano tras la muerte del Papa (Pedro) y la nueva elección de su sucesor; estos primeros 30 minutos de avidez  argumental y cinematográfica representan lo mejor de todo el filme, ya que posteriormente a mi parecer, la propuesta se desploma cuesta abajo tras su injusto tratamiento y resolución. Aunque esta excelentemente filmada gracias a la gran experiencia de Moretti tras las cámaras, la propuesta carece de las ansias por profundizar argumentalmente en este suelo nutricio y otorgar todos los bellos dotes del género y de los tópicos habituales presentes en la filmografía de su realizador. “Habemus Papam” crea enormes expectativas con su potente premisa, y aunque el espectador cree que en algún momento se presenciara la batalla humorística y acida entre el escepticismo de Moretti y el dogma ortodoxo de los valores sacerdotales, la película fulmina, aniquila toda posibilidad de éxito con el giro narrativo absurdo e injusticado que sitúa posteriormente a la película en un viaje inconcluso  del Papa por la ciudad y un campeonato de voleibol entre los cardenales todo ello consumado con diálogos torpes que jamás llegan a representar la grandeza de la comedia clásica y mucho menos los momentos más modestos pero gratificantes en la filmografía de Moretti. Y para ir profundizando en los grandes errores del filme, me molesta enormemente que jamás se llegue a profundizar en los personajes; ni se desarrolla el personaje principal (Francesco Piccolo) ni se llega a explotar a su contraparte (Nanni Moretti), incluso el psicoanalista siendo un personaje elemental en la historia termina por parecer innecesario en las últimas tres partes del metraje. La falta de autenticidad en la obra, y la carencia de una genuina interpretación y tratamiento de esta colisión entre la creencia cristiana y la filosofía Kantiana, producen un clima de retraimiento en su visionado, y un poco de tedio si atendemos principalmente a la vulgar y tonta manera en que Moretti humaniza al vaticano y le confiere dotes y valores que jamás podrían atribuírsele —apelando  al realismo— a esta comunidad. Finalmente “Habemus Papam” entregada a su simpleza y carencia, termina por ser predecible, pese a que no me crea absolutamente nada de lo que se me mostro durante todo el metraje. Aún así, “Habemus Papam” es disfrutable gracias a la calidad actoral de sus protagonistas que brillan pese a no personificar personajes complejos u originales. Incluso la dirección de Moretti resulta satisfactoria, e impiden en cierta manera que el tedio en su argumento no resulte tan mordaz en su visionado. Hermosas piezas musicales acompañan las imágenes, un sorpresivo y reconocible diseño de vestuario, una edición aceptable y una fotografía dotada de bellos contrastes terminan por darle cierta belleza estética al filme.

Tras unos 30 minutos iniciales de portentoso gozo cinematográfico, “Habemus Papam” resulta decepcionante y no cumple lo que prometía con su notable premisa. La película elude completamente la interioridad del conflicto y termina por contar anécdotas simples e irreales que consumen en la mediocridad la belleza narrativa que se pronosticaba. Falta de cinismo e inteligencia, “Habemus Papam” es quizás un tropiezo de su realizador —pero no un fracaso en su carrera—. En conclusión, un Moretti menos excéntrico e inteligente y más fácil y entregado a la charlatanería. Una lamentable desilusión.

Nota: 5.5/10