Director: Radu Muntean
País: Rumania
Genero: Drama
Guión: Radu Muntean, Alexandru Baciu, Razvan Radulescu
Fotografía: Tudor Lucaciu
Música:
Reparto: Mimi Branescu, Mirela Oprisor, Maria Popistasu, Dragos Bucur, Victor Rebengiuc
Sinopsis: Paul y Adriana están casados desde hace diez años y tienen una hija de ocho, Mara. Desde hace seis meses, Paul mantiene una relación extraconyugal con Raluca, dentista. Paul, que intenta distribuir su tiempo durante los pocos días que quedan antes de Navidad entre Raluca, la búsqueda de los regalos y las veladas en familia, decide hacer una última visita con Mara al consultorio de Raluca. Un imprevisto en la agenda de Adriana provoca que las dos mujeres se encuentren por primera vez. A pesar de no dar pie a una confrontación, este encuentro colocará a Paul frente a una difícil elección.
LA ÚLTIMA CENA
Paul y Raluca descansan abrazados y desnudos luego de una apasionante faena sexual. Raluca bromea con Paul y anuncia que ira por unos días a casa de su madre. Paul expresa su insatisfacción con la noticia, ya que no tolera los días “vacíos” en su ausencia. Raluca se siente alagada, y con muchos abrazos y besos de por medio, pide a su amado que el único regalo que desea para la noche buena, es la promesa de que este deje el tabaco de una vez por todas. El extenso primer plano —fijo— nos sitúa ante la corriente iteración post-coito de una pareja. No hay nada que recalcar, sólo se ve la pareja en cuestión charlando con una fuerte conexión sentimental. Posteriormente nos enteramos que en realidad esta escena, es el fruto de la infidelidad carnal y pasional de Paul, ya que esté tiene una esposa que lo adora y una simpática hija que lo idolatra. Premisa estructural que no da cabida alguna a la novedad u originalidad, «sólo se trata de una historia más de infidelidades y desamores» podría pensar el espectador promedio, y esta en lo cierto, aunque el factor recalcable y laureable de esta cinta, es el extremo y arrebatador realismo con que Radu Muntean decide contar los hechos. Marti, Dupa Craciun, es el ejemplo indiscutible del buen estado por el que esta pasando el cine rumano. Su realizador, decide profundizar argumentalmente y optar por la naturalidad en opuesto a la ficción, es decir, lo cinematográfico. Marti, Dupa Craciun esta constituida por largos enfoques secuenciales, junto a actores que bordan de manera casi milagrosa sus corrientes personajes, con una naturalidad imperante que muy bien representan el clima y ritmo de la película. Este largometraje propone un retrato crudo y sin engaños de un hombre que encuentra un nuevo amor luego del matrimonio, y justo cuando los dos entes de tensión —sus dos mujeres— interactúan, se produce el desequilibrio que provocara que Paul deba tomar una dura decisión. La institución del matrimonio se encuentra óptimamente representada por esta sencilla familia, que vive de manera acomodada y parece simbolizar el sueño europeo promedio; la cena de navidad —celebración, agasajos, obsequios y demás— es una ocasión de festividad y reunión familiar, que vemos cómo se ve corrompida por la monotonía y se convierte en un deber o un estigma social; pero justo cuando en el visionado hemos llegado a la citada cena navideña, Paul experimenta lo que parece ser «su ultima cena», simbolismo de su ultima festividad como la roca de su familia, como el hombre que logro lo que su entorno le pedía —logros académicos, familiares y económicos—, ya que su matrimonio se desborda como si de una catástrofe se tratara, Paul ha decidido revelar su secreto e irse a vivir con su amante —nueva vida, lo desconocido, la nada. Radu Muntean en su profunda representación por la realidad, opta por enfocar su esplendor filosófico en la idea de que el hombre se entrega a la satisfacción de sus instintos vitales sin importar la perdida de su centralidad o racionalidad, tal peripecia que sólo pueden encarnar los duros de mente y corazón, arrojan al hombre ante la incertidumbre, la pesadez, la felicidad y la desdicha; precisamente, hacia la verdadera vida; por ello podemos apreciar finalmente a Paul con una expresión de vacilación y desdén, él esta experimentando su resolución vital como ser humano, sabe que al dejar atrás a su esposa y su hija, se esta dejando atrás a el mismo, o lo que era hasta ese momento. Sin finales gloriosos y malintencionados, la película posee un cierre en donde realmente comienza el auge existencial del personaje principal, el matrimonio esta roto, al igual que la estabilidad emocional de sus integrantes. Siempre me resulta memorable cuando en el cine se representa el caos dentro de los personajes, en sus silencios y en sus expresiones «es más importante lo que callan que lo que dicen los personajes». Exteriorizarlo en simbolismo es algo muy fácil, pero, interiorizarlo en sus entes y llevarlo mas allá de las palabras es una verdadera proeza. Marti, Dupa Craciun, es una interesante película si se le analiza desde cierta óptica existencial, que posee un argumento dotado de un realismo extremo, que tras su vicionado, deja un hueco en el estomago con la notable sensación de que se ha visto algo común y diferente a la vez, algo sencillo pero profundo y un poco incierto. Una maravillosa sorpresa.
Nota: 7.5/10
2 comentarios:
Off topic total: ¿dónde la descargaste? Respóndeme en Facebook, jjj. Después de leer tu reseña, ya no puedo esperar a verla...
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