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Wednesday, April 27, 2011

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Critica AÑO BISIESTO

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Titulo: Año Bisiesto
Director: Michael Rowe
País: México
Genero: Drama
Guión: Lucia Carreras, Michael Rowe
Fotografía: Juan Manuel Sepulveda
Música:
Reparto: Ariane Labed, Giorgos Lanthimos, Vangelis Mourikis, Evangelia Randou
Sinopsis Laura (Mónica del Carmen), una chica de Oaxaca que ha emigrado a la capital, vive sola en un modesto departamento, en el que trabaja como colaboradora para una editorial. Al margen de su trabajo, recibe esporádicamente la visita de su hermano menor y mantiene furtivos encuentros sexuales con amantes de una sola noche. Cierto día conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), un hombre que despierta en ella irrefrenables deseos masoquistas
Trailer: Año Bisiesto



La primera vez que una película me sugirió algo más que divertimento o sano pasatiempo, fue luego de haber visto Le feu follet de Louis Mall. Era muy chico y la verdad no estaba segura de haber presenciado una historia —o la estructura común de la mediocre idea que tenia de lo que era el cine—, sino más bien una sucesión de imágenes asombrosas,  y  la extraña pero duradera  sensación —casi palpable— de que lo que veía se quedaría dentro de mí por largo tiempo. Sin embargo tuve que verla nuevamente para percatarme de que sus imágenes no sólo eran distintivas a las de otras películas, sino que trasmitían un sentimiento inquietante y contaban lo que hasta ese momento, pensaba, era imposible retratar en una película. Su confluencia ejemplar  entre el exilio nihilista y el lirismo poético, me producía una extraña sensación que hoy recuerdo como apoteósica; realmente una obra maestra aquella primera película que me indico el camino hacia donde ver. Posteriormente me entere que otros títulos abordaban con esta misma estela, temas tan recurrentes como imposibles  en el séptimo arte «el cine sin cine». Tras indagar y visionar infinidad de títulos novedosos y profundos que hicieron que amara más este arte, llegue a la conclusión de que el cine no tenia limites, y era el medio de expresión mas libre, integro, autentico y autónomo que tenia el hombre para retratar todo aquello que jamás pudo ser explicado en palabras. Aun sabiendo que no había visto ni el 1% del todo este buen cine, me embarque en la aventura de ir explorando y analizando todas estas obras cinematográficas que indudablemente dejan huella en el espectador y que han venido a suponer el punto limítrofe de la idea mediática, absurda  y vacía de lo que significaba y significa el cine de hoy en día: mero divertimiento autocomplaciente, dotado de inhumanos mensajes subliminales, en pro del enriquecimiento del oscuro plebeyaje monopolizador hollywoodense. Esta anécdota forma parte de la breve historia que me ha traído a crear este blog, e ir plasmando todo lo que produce en mí estas películas. Al trascurrir todos estos años, evidentemente —cómo suele suceder con todo espectador— el ojo se va agudizando y la perspectiva analítica se va dilatando, hasta el punto de crear en si mismo ciertas ideas de percepción o ideas intuitivas, entre la que destacan, que hay que asumir que las grandes películas que han quedado plasmadas en el recuerdo durante  muchos años, o las películas que escarban profundamente en sus temas, son curiosamente películas de bajo presupuesto (comparadas con las grandes superproducciones o blockbusters), cómo por ejemplo, aquella potente obra maestra de Jim Jarmush llamada Stranger tan Paradise, una película que debió costar unos 10 duros, y que fue rodada bajo el ideal de crear una obra discontinua totalmente de todo acto cinematográfico; que contaba de manera austera y sombría, la idea artística (visual y sonora) de la nada como símbolo de la perdida de todo estigma vital infundado externamente, es decir, perdida la meta o el fin, acontece la muerte.  No pretendo generalizar, obviamente hay excepciones remarcables, pero hablo en pro de la mayoría de las obras que hoy en día aun se recuerdan y forma parte de las películas que inspiran nuevas generaciones. Todo realizador en sus indicios,  que pretende llegar a este auge cinematográfico, sabe que el camino es escabroso y hasta venenoso, pero el poder de la gran pasión y la fuerte inspiración, produce que  en medio de la presente y absurda posmodernidad, aparezcan en el firmamento directores tan interesantes como novedosos, como el caso del realizador australiano Michael Rowe, y su cautivante primer largometraje «AÑO BISIESTO».



EL CINE SIN CINE

La siguiente reseña sólo debe ser leída —debido a la cantidad de spoilers existentes—por personas que ya han visto la película.

Durante todo el tiempo el hombre ha aprendido a reprimir dos cosas: «el deseo sexual, más allá de la idea aceptable del placer carnal» y «las ganas de morir».  ¿Quién es el culpable? La Cultura. Pues tras conformarse la cultura, el hombre accede a pertenecer a esta, y debe reprimir sus instintos más básicos, más crudos; y unos de ellos, son sus ganas de morir, y sus ganas por saciar los deseos sexuales más oscuros que su instinto demanda. Esta apreciación, parece dilucidarse con claridad en Año Bisiesto, película que cuenta la historia de Laura, una mujer de poca belleza exterior, que vive completamente aislada en su apartamento, pese a que tiene una familia que se comunican continuamente con ella, un trabajo como escritora en una revista de finanzas, y las recurrentes visitas sexuales de hombres desconocidos. Laura se encuentra inhibida de toda idea absoluta de lo que significa una vida normal para una mujer con sus características. Vive en un ambiente frio y mordido, y parece reprimir muchos sentimientos, junto a un dolor profundo que atormenta su alma y que jamás es citado en la película. Año Bisiesto cuenta la vida monótona de Laura durante todo el mes de febrero, incluido el día 29 de ese mes, es decir, el día 366 de ese año; que normalmente representa un día más de cotidianidad para cualquier persona, pero para esta mujer que batalla entre la lucha interna y el pasar el tiempo, representa otras 24 horas de batalla que debe ganar para sobrevivir; o rendirse y caer ante la derrota. Cierto día conoce a Arturo, y como es habitual lo lleva a su casa para tener sexo, este hombre despierta en ella un comportamiento sadomasoquista que cambiara rotundamente su vida.  

Michael Rowe hurga profundamente en lo que sienten estos dos solitarios personajes, encerrados en si mismos, que se encuentran en medio de la marginalidad del espacio en donde fueron dejados cinco siglos atrás después de la conquista española, un México que sigue aun vinculado a la división racial y la división socioeconómica. Laura y Arturo se conocen y de inmediato tal conexión se convierte en una representación del poder entre este hombre y esta mujer, que pertenecen a esta sociedad donde el sexo es reprimido, y es considerado una actividad recreativa y no el medio para instaurar o explorar la intimidad. La película también fecunda la idea alegórica de la inexorable separación entre el victimario y la victima. Laura consigue en Arturo un medio de escape, un medio para saciar todos sus deseos y por primera vez comienza a sentirse viva, comienzan a salir a flote todos estos deseos cohibidos (la dominación física, el daño y necesidad emocional y sexual) y comienza a aceptar su naturaleza, inclusive la idea de que su vida jamás le produjo alguna satisfacción, por ello en ella se instaura un nuevo ideal, el de morir.

“¿Me harías un gran favor? ¿Me podrías matar?”


Premiada en Cannes con el galardón “Camera d’Or”, la película en su apacible ambigüedad, captura su atención con la fuerza actoral y la belleza —por que si la tiene— estética de sus imágenes; con pocos diálogos, dos actores sobresalientes y una crudeza extravagante (desnudos y escenas sexuales sin censura), nos cuenta sin palabras, el hundimiento de esta mujer a su propio infierno, una idea simbólica pues tras aceptar la verdadera naturaleza mas allá del bien y del mal, solo se puede estar presente ante un sublime infierno. Año Bisiesto nunca deja de sorprender y no ofrece flaqueza ante el espectador, su visceral tratamiento remite a la idea arriesgada y austera de Rowe por mostrarnos esta ficción que se muestra real y casi palpable.

Película pequeña en su forma pero que ahonda en su fondo con gran libertad y tamaño. Un proyecto sumamente arriesgado que puede dividir opiniones, y puede causar cierta abominación en la concurrencia. Aun así, Año Bisiesto es una película que me seduce por completo, una exquisita  y mordaz propuesta cinematográfica, dotada de excelentes actores y el complejo realismo en el espacio físico, emocional y simbólico que su realizador construye. Hipnótica y devastadora.

Nota: 7.0/10

6 comentarios:

ArturO said...

Excelente reseña para esta pequeña, gran pelicula. Totalmente deacuerdo, la vi el fin de semana pasado, y la verdad ese descenso a los infiernos es sublime por parte de Rowe. Ambos principales estan sublimes, interesante pelicula, de un prometedor realizador.
Saludos José

Monotonysucks said...

¡Uf!, recien vi el comentario que me habías dejado en el blog. No he visto esta película, pero por tu gran reseña la anotaré de inmediato. ¡Saludos compadre!

Anonymous said...

excelente blog y muy buena reseña.
me encanto la pelicula y le hubiera dado un punto mas.. 8.5 talvez.
saludos desde guatemala y seguire viendo tu blog.

rodrigocald@hotmail.com

Anonymous said...

Hola José, estamos subiendo una nota sobre Año Bisiesto porque va a estrenar en Nueva York y Los Angeles y nos gustaría citar algunos de tus comentarios en ella, por cierto felicidades, es una de las criticas que mas nos ha gustado. Por supuesto citando la fuente y el autor. Espero saber que opinas. marcela@homocinefilus.com

EDUARDO said...

. . . GRACIAS MIL MONICA DEL CARMEN
POR SER TAN NATURAL, AL MOMENTO DE ACTUAR EN ESTA PELICULA . . . MUCHAS GRACIAS AÑO BISIESTO SALUDOS DESDE ARICA-CHILE EDUARDO.

Sprezzatura said...

Que crítica tan fuerte, bueno sin duda Año bisiesto es un cine muy crudo, muy fuerte, pero dentro de esa crudeza una sensibilidad inaguantable. Muy buena película, la recomiendo.