Critica 35 RHUMS / 35 tragos de ron (nominada al CEHÖ AWARDS como Mejor Película)

País: Francia

Director: Claire Denis

Guión: Claire Denis, Jean-Pol Fargeau.

Reparto: Grégoire Colin, Alex Descas, Mati Diop, Nicole Dogue, Eriq Ebouaney, Jean-Christophe Folly.

Critica

Nota: ***10/10***

“Me hubiese gustado morir joven, pero tengo la edad que tengo, y con muy buena salud. A este ritmo viviré hasta los 100. No sé que haré con esta vida.”

Al querer realizar un análisis -reseña- de esta producción, la modalidad habitual para cumplir dicha acción, sufre una inflexión debido al tipo de película que se plantea examinar. “35 rhums”, no es una película habitual ni usual. No se presenta como una obra dramática, ni tampoco amorosa. Es de esa clase de películas que merecen mención aparte –por tanto debe visionarse un par de veces antes de poder dictar sentencia. Debido a su forma y su mensaje, la película difícilmente será digna para un tipo de espectador estándar; no trato de atribuirme una actitud esnobista, solo afirmo que un público, que demande producciones más comerciales y fáciles de comprender, quedara realmente desencantado al visionar una obra tan personal y compleja como lo es “35 rhums”. Ante tal premisa –advertencia, debo afirmar, que obviamente la película me ha cautivado de principio a fin, principalmente porque toca temas tan profundos y reales que hacen de ella, una representación autentica y vitalista de la vida que encaramos todos los días, de la imposibilidad de conexión que sufrimos los seres humanos y de las grandes interrogantes que nos hacemos sobre la vida; principalmente sobre la necesidad, el comportamiento y el sufrimiento de la existencia humana. “35 rhums” cuenta la historia de Lionel, un hombre de mediana edad, viudo y de pocas palabras –el silencio como idioma universal. Lionel trabaja como conductor de trenes –sabe donde empieza y termina su recorrido- y vive con su hija Josephine en un apartamento en París. Ambos llevan una existencia placentera y feliz basada en la confianza y el cariño mutuo que se profesan. Aun así, tanto Lionel como su hija Josephine y el resto de los personajes (Gabrielle y Noé) viven bajo el sometimiento de una vida de estática monotonía. Rutina que parece satisfacer y hacer más llevadera la existencia de esta familia, especialmente a Lionel, que pasas sus días en el tren y las noches junto a su hija en su apartamento. El tiempo pasa y los síntomas de cambio aparecen, Lionel se acerca a su jubilación, mientras que Josephine está a punto de comenzar una relación sentimental con Noé, Gabrielle vive en el mismo edificio y ve en Lionel el hombre con el que quizás pudiera pasar el resto de su vida. Bajo este modesto argumento se rige esta modesta película –que representa esta modesta vida que nos rodea. Claire Denis (directora), plasma la soledad y el miedo que producen los cambios –pequeños, a veces imperceptibles- sin previo aviso, estos cambios vitales que van hilvanando el tejido de la vida; también nos habla del constante repudio al cambio que los personajes experimentan, y finalmente la manera en que cada uno sobrelleva y enfrenta la congoja y el sinsentido de la vida. Aun así, estos 35 tragos de dolencia existencial, se convierte, en 35 tragos de reflexión, ya que la película cae en la canalización de la vicisitud y la perspectiva psicoanalítica, reflejando en su desenlace un mensaje universal sobre el dédalo interno y externo que atormenta a los personajes y nuestra propia existencia. La película también habla del amor paternal, y del sentimiento que sufrimos los hijos –natural o infundado socialmente- de cuidar a nuestros padres mayores, aun así, la directora refleja en su película, su traslucida consigna, de que algún día, los hijos dejaran el hogar en busca de su libertad, pese, al dolor que terceras personas sufrirán. La misma directora asume que odia a su familia como concepto personal, pero irónicamente todas sus películas hablan de la familia, ella intenta reconstruir en sus escritos, la más clara y real referencia, de la composición familiar. Un plato de actores ejemplares –y para mi desconocidos, componen el reparto. Su trabajo es sobresaliente, cada uno de ellos expresan con miradas y gestos, la agonía que se esconde tras un rostro alegre, tras una blanca sonrisa. La mayoría del reparto, son actores de color, es evidente que la directora intenta reclamar el pasado colonial que Francia pretende olvidar. Se debe recalcar un ritmo pausado y descriptivo; es de esas clases de películas en donde el silencio y las acciones, dicen más que mil frases. Escenas emotivas y absorbentes que ganan espacio en tu memoria y pretende quedarse por mucho tiempo en ella, porque simplemente es de esas películas que nos hacen comprender el porque de tantas cosas. Yo opino –sentencia arriesga, que el cine como medio profundo de reflexión, fue hecho para realizar estas clases de obras, muy pocas veces nos topamos con películas de este calibre y en este 2009, las sorpresas están a la orden del día, ya que esta resultando muy satisfactorio el papel de cinéfilo, al toparme este año, con tantas joyas del genero como lo son “Un Conte de Noël”, “Goodbye Solo”, “Still Walking” y ahora “35 rhums”. Finalmente “35 rhums” se convierte para mí en una verdadera joya cinematográfica, que aborda los patrones humanos de Yasujiro Ozu. Una crónica social que habla sobre la tenacidad al cambio y el desvío existencial. Una película completamente absorbente que se queda inerte en la memoria del poco público que la sabrá recibir. Una obra gratificante, que te hace sentir durante su visionado -y mucho tiempo despues, los 35 SUSPIROS DEL ALMA. Lo Mejor: Todo, especialmente la escena de la procesión en la playa. Lo Peor: Absolutamente nada.