Critica: LOS ABRAZOS ROTOS

Nota: 8

Pedro Almodóvar ha alcanzado el dominio pleno de su lenguaje expresivo, el cine es su maestría y para nosotros es un gran maestro. Cada una de sus películas aborda temas diferentes, pero siempre centrándose en el inevitable encuentro entre los vicios del pasado y la crudeza del presente. Almodóvar es grande, y por ello cada vez que se estrena una de sus películas, se les mira con un ojo escrudiñador y muchas veces con una actitud crítica muy anormal e irracional. Muchas de sus películas más reconocidas fueran criticadas duramente, “Los Abrazos Rotos” no es la excepción, paisanos del director manchego arremeten constantemente contra la cinta, cuyo único fin es regodear (con sus comentarios injuriosos) el cine del director –cosa que me parece entupida ya que arremeter contra el cine de Almodóvar es arremeter contra la misma España-, afortunadamente estos comentarios no representan un hecho infranqueable para el director, y evidentemente hay Almodóvar para rato. En “Los Abrazos Rotos”, se vuelven a mezclar géneros y estilos, texturas y tonalidades, la marca inconfundible del director, brilla y se muestra en su más alto esplendor. El argumento se centra en la relación materialista que Lena la protagonista y aspirante a actriz, tiene con Ernesto Martel un hombre rico que vive muy enamorado de ésta, y es dominado por la fatalidad, los celos, el abuso de poder, la traición y el complejo de culpa, hasta tal punto que decide producir la película que Lena va a rodar junto con el tercero en discordia, el director de cine Mateo Blanco. Éstos mantienen un romance a escondidas, hasta que Ernesto se entera y tienen que huir de Madrid juntos. Pero éste es el principio de la fatalidad que está por llegar. Aquí la duplicidad juega un papel importante, Mateo se queda ciego, y se convierte en su pseudónimo Harry Caine, una duplicidad o prolongación de sí mismo, al igual que el hijo de Ernesto Martel. Mientras y de forma paralela, está la productora de Mateo, una enamorada de éste, resentida y oculta en un tercer plano, pero no menos importante, junto a su hijo. El desenlace de todo este entramado, y demanda ser visto en el cine. El guión es absolutamente absorbente, una historia magnificas que se entrelaza en los recuerdos del pasado y los hechos del presente. Una respuesta auto-referencial a la magnificencia del cine y el papel que juega el director dentro de este. El argumento no flaquea ni se presenta irregular, se gana tu atención y te permite entrometerte en los vacíos que plantea la historia para buscarle un sentido atónito y captar tu concentración durante todo el metraje. Evidentemente posee los guiños emocionantes del propio cine de Almodóvariano: “El Universo Femenino”, “Amores imposibles”, “Dolores del pasado”, “El Homenaje al cine y la burla a la televisión”, “La estética kitsch” y sobretodo “La Originalidad”. Además de un excelente director, Almodóvar es un gran escritor y nadie puede negar de la estupenda dirección de actores que realiza en sus películas, en “Los Abrazos Rotos”, los cuatro protagonistas (Lluís Homar, Blanca Portillo, José Luis Gómez y Penélope Cruz) brillan constantemente, aportándole como era de esperar mayor credibilidad y pasión a la película. Blanca Portillo esta maravillosa –adoro esta actriz-. Rodrigo Pietro (director de fotografía) ofrece uno de sus mejores trabajos aquí (espero sea reconocido por la Academia), tanto la fotografía, como la dirección artística, la edición y la partitura –en fin toda la estética- es absolutamente majestuosa, ya ha estas alturas el espectador no se sorprende del todo, ya que Almodóvar nos tiene acostumbrado a su perfeccionista estítica pop-kitsch que muy bien define su cine. Mención especial para Alberto Iglesias y su apasionante partitura. “Los Abrazos Rotos” nos regala momentos memorables para el recuerdo, como la revelación de una infidelidad a través de la lectora de labios, los encuentros sexuales entre los protagonistas o el plano de la playa –reencuentro entre Judit y la nueva identidad de Matero: Harry Caine-. “Los Abrazos Rotos” es un merecido auto-homenaje, hacia el cine “almodovariano”, que habla y ensalza al cine dentro del cine, una película efusiva, absorbente y crepuscular. Magnifica.

(TRAILER)

Lo Mejor: Almodóvar en estado puro.

Lo Peor: El tratamiento que la prensa española le dio al film.

Esta reseña esta dedicada a Xavier Vidal, fiel admirador del director, que esperaba estas líneas desde hace mucho tiempo.