Soundtrack: THE DARK KNIGHT

Hans Zimmer y James Newton-Howard ya elaboraron para la primera entrega del Batman de Christopher Nolan una partitura potente, que huía de planteamientos musicales previos. Lejos del archiconocido tema compuesto por Danny Elfman y de las orquestraciones ampulosas, exageradas, casi circenses de Elliot Goldenthal, proponían un acercamiento austero, triste y oscuro a la figura del vigilante nocturno. Es decir, seguían musicalmente el concepto visual. Para la continuación de tan exitosa propuesta, se esperaba que el alemán y el californiano, grandes amigos, repitieran, y es como ha sucedido. Y menos mal, porque el habitual colaborador de Nolan lejos de la franquicia superheróica, David Julyan, ha demostrado muy bien moverse de forma exclusiva en sonoridades netamente ambientales. Mi frigorífico suena igual que su partitura para El truco final, lo prometo. La partitura se mueve en base a tres puntos básicos, que podríamos llamar “temas”, pero que lejos del esquema de himno tarareable, son más bien esquemas rítmicos asociados. En esa línea estarían los de el Joker, Batman y Dos Caras, en ese orden, que sientan los cimientos de todo el edificio.

El Joker es, por definición, locura, caos, anarquía. Como tal, su tema, Why so Serious, con el que se abre el álbum, es una masa de sonidos electrónicos que empiezan con una guitarra insinuante para crecer sin una pauta constante: se suman guitarras, se restan, se añade electrónica, se hace el silencio, vuelve la música como pulsos, casi ticks de reloj… Se deja entrever unos compases repetidos, pero rápidamente se envuelven por el desorden.

Batman recupera la esencia sonora de la primera entrega, pero amplificada en I’m not a Hero. Repeticiones de base, compases nerviosos, violines frenéticos, bajos a modo de latidos y electrónica… todo se mezcla, se alterna, se funde y aleja a lo largo del tema, formando la épica del héroe, casi el sonido de la capa del murciélago sobre Gotham, que se funde en el caos para emerger al final triunfante. No da tregua, es adrenalínico y complejo, y muchas veces es casi más el tema de la ciudad que del personaje, pues asoma constantemente por los huecos de los demás temas, como en Like a Dog Chasing Cars, por ejemplo (donde también el Joker se deja ver).

Dos Caras es, en esta ocasión, el tema triste, Harvey Two-Face, que en la primera entrega estaba asociado a la pérdida y sacrificio de Bruce Wayne. La transformación de Harvey Dent, su inexorable camino a la locura se acompañan de compases solemnes al principio, tristes notas de piano que definen sentimiento, violines que rememoran el tema de Batman cosiéndolo fina y lentamente, para rematarlo con la determinación que pulsa su personaje y lo liga a la figura del héroe. Pero el piano no deja de recordarnos que lo que tenemos entre manos es una tragedia personal, por tanto mínima dentro del gran esquema de las cosas, aunque al final afecte al conjunto.

Es en base a estos 3 parámetros a partir de los cuales la acción y el sentimiento tejen la música que acuna al Gotham de The Dark Knight. Es épica, heróica, es anárquica, pero sobretodo, y ese es el gran acierto tanto de Nolan como de Zimmer y Newton-Howard, muy humana.

La partitura ya ha sido acogida perfectamente por los fanáticos y críticos, es por eso que ya se habla de la doble nominación al oscar para estos compositores, Hans Zimmer quien también compuso para este año el OST de “Frost/Nixon” y James Newton-Howard quien trabajo posteriormente para “Defiance”. Mientras esperamos si The Dark Knight tiene éxito finalmente entre los nominados a los premios de la Academia, los dejo con los temas mas relevantes de la partitura: