CANNES 2009 – DÍA 7

El Maestro Alain Resnais se presento en Cannes

“Si supiera que poniendo la cámara un poco más para la derecha o un poco más para la izquierda voy a atraer más público, con seguridad lo haría, pero todo esto es comepletamente impredecible… Todo lo que me puedo decir es ¿producirá emociones la película que estoy dirigiendo… será suficiente para el espectador para no tener que irse del cine?” Fueron algunas de las palabras del inacabable Alain Resnais a la hora de presentar su nueva creación, Les herbes folles, dentro de la competencia oficial, este miércoles. Es una suerte de comedia del absurdo sobre un hombre que encuentra una billetera y se siente intrigado por una mujer que combina su pasión por volar con su carrera de dentista. Ambos papeles están a cargo de Andre Dussollier y Sabine Azema, la pareja del director y habitual presencia en sus filmes. Basada en una novela de Christian Gailly, Les herbes folles parece haber sido la selección más contrastante para compartir el día de estreno con Inglourious Basterds. Pero este realizador fundamental de la historia del cine parece entender, con menos problemas que muchos de sus admiradores, las más recientes tendencias de los jóvenes directores que muestran sangre por todas partes: “quizás esto prueba que ahora estamos más concientes sobre las cosas y que nos damos cuenta más del salvajismo y las carnicerías de las que es capaz el ser humano…” La crítica por lo general ha estado de acuerdo con este nuevo trabajo de vejez del director. Geoff Andrew, de Time Out, dice: “Alain Resnais no muestra signos de haber perdido la audacia artística con la que se hizo famoso desde Noche y niebla, Hiroshima Mon Amour, El año pasado en Marienbad y Providence… Con Les Herbes Folles, serenamente deja mejor impresión que muchos supuestos innovadores que compiten con él en Cannes por la Palma de Oro como Chan-wook Park, Quentin Tarantino o Lars Von Trier. Además se trata de una de las disfrutables propuestas en la competencia. ¿De qué trata? De la vejez, la pasión, la duda, el deseo de sentirse amado, el instinto de conservación… parecen demasiadas cosas, pero se siente como la suma de lo mejor de la obra total de Resnais.”