La película Estación Central de Brasil (Central do Brasil), de Walter Salles, era uno de los titulos mas nombrados en el 2008, gano el Premio Cinema 100, al mejor guión, del Sundance Institute; el Oso de Oro a la mejor película y el de Plata a la mejor actriz (Fernanda Montenegro) en la Berlinale 1998, y los Premios del Público y de la Juventud en el 46 Festival de Donostia/San Sebastián. Fue nominado a 2 premios oscars como mejor película extranjera y mejor actriz (Fernanda Montenegro). Estos envidiables palmareses confirman la alta calidad de la película, punta de lanza del renacimiento del cine brasileño y una sugestiva aportación al nuevo cine social, género en auge desde hace varios añosLa trama se centra en los asfixiantes pasillos de la Estación Central de Brasil de Río de Janeiro, una antigua maestra se gana la vida escribiendo las cartas que le dictan las personas analfabetas que llegan hasta ella. Endurecida por la soledad, por la adversidad y por el flujo diario de rostros desesperados que atraviesan la Estación, Dora ha ido desarrollando una estoica indiferencia con respecto a la importancia de su misión. Cuando una de los clientes de Dora muere atropellada a la salida de la Estación, acaba por hacerse cargo de su hijo huérfano, Josué, y se compromete a llevarle hasta su padre, viajando con él hasta una remota zona del nordeste de Brasil. A medida que los autobuses van adentrando a la extraña pareja en un terreno cada vez más desconocido van superando su mutua aversión inicial y se acercan cada vez más el uno al otro para así, al mismo tiempo, acercarse al interior de sí mismos.
Cine de buenas intenciones
En Estación Central de Brasil, esa capacidad redentora de las relaciones humanas, incluso en forma epistolar, late a lo largo de toda la azarosa odisea del protagonista, un chaval de nueve años llamado Josué. Al morir su madre, Josué es rescatado de la calle por Dora, antigua maestra, pícara y encantadora, que se gana la vida escribiendo cartas a las personas analfabetas en la principal estación ferroviaria de Río de Janeiro. A ella acuden obreros, campesinos y sirvientas con la esperanza de encontrar a familiares desaparecidos, de hacer revivir amores marchitos o, simplemente, de ser escuchados. Con el tiempo, Dora se ha endurecido, hasta el punto de que ha olvidado la trascendencia de su trabajo y lo considera como una simple fuente de ingresos. Así que ahora selecciona con indiferencia las cartas que deben ser enviadas y las que no. Pero su encuentro con Josué le va a cambiar la vida. Primero intenta sacare partido económico al chaval, vendiéndolo a una turbia organización de adopciones ilegales y tráfico de órganos humanos. Pero su balbuceante conciencia la obliga a rectificar y a enfrentarse con esa violenta mafia. De modo que a Dora sólo le queda una salida: ayudar a Josué a encontrar a su padre, desaparecido desde hace años. Ambos emprenden así un largo viaje hacia el noreste de Brasil, que les unirá el uno al otro, les enfrentará con estilos de vida mucho más humanos que los de la gran ciudad y les devolverá la ilusión de vivir. Cine de búsqueda Salles ha definido Estación Central de Brasil como una película de búsqueda –"Un niño que busca a su padre, una mujer que busca su corazón y una nación que busca sus raíces"–, que trasciende su apariencia intimista jugando con el recurso de que, en portugués, padre (pai) y país (país) son casi la misma palabra. Y ha logrado recrear esa búsqueda de una identidad perdida –personal y nacional– con optimismo y apertura de miras, pero sin rebajar su alto contenido dramático, social y moral.Walter Salles da instrucciones a Vinicius de Oliveira y a Fernanda Montenegro durante el rodaje de Estación Central de Brasil. Este enfoque aprovecha al máximo la sugestiva concepción que tiene Salles del hecho de viajar, en cuanto posibilidad de conocer nuevos estilos de vida, aceptar la diferencia y ganar en tolerancia. De modo que consigue un equilibrado fresco humano, siempre entrañable y a ratos bastante divertido, que da muchas luces sobre las consecuencias del individualismo materialista, a la vez que exalta la poderosa capacidad transformadora del afecto familiar, la amistad, la solidaridad y el amor; en definitiva, de la apertura a los demás.La religión como fuente de solidaridad Sorprende especialmente el sugerente tratamiento que se da a la religión. Desde las primeras secuencias en la estación, con su singular capilla pública, hasta la populosa procesión del Niño Jesús, Salles mira a la religión con respeto, como una fuente de solidaridad y de ganas de luchar para mucha gente. En boca de un divertido camionero evangelista pone el guión esta declaración de principios: "Todo es cuestión de voluntad; sólo Dios tiene el poder". Y es también muy significativo que Salles eligiera para la promoción internacional de su película un fotograma en el que aparece Josué en lo alto de la cabina de un camión, justo encima del lema "Com Deus sigo o meu destino". No renuncia Salles a hacer una cierta distinción crítica entre el sentimentalismo un tanto vacío y puritano de las sectas protestantes, y el vitalismo, más realista y pegado al terreno –aun en su versión folclórica–, del catolicismo. Sin embargo, casi siempre mantiene una mirada compresiva y cariñosa a ambas realidades. Al fin y al cabo, a él le interesa más la eficacia emocional que le permite el rico mestizaje cultural característico de la sociedad brasileña, elemento clave de esa identidad perdida que la película propugna recuperar tras varias décadas de perniciosos movimientos migratorios, dentro del propio Brasil y hacia el extranjero. El riesgo de esta visión es que la religión quede reducida a un simple dato ambiental. Pero, en Estación Central de Brasil, el distanciamiento inicial se convierte, por misteriosos mecanismos, en una clara implicación final, de modo que esas convicciones religiosas acaban por empapar también a los personajes principales. Rica iconografía Todo lo dicho enriquece enormemente la ágil y esmerada puesta en escena. La clave quizá esté en que Salles ha puesto la rica iconografía externa al pleno servicio de los personajes, a los que llenan de humanidad un excelente elenco de actores. En sus trabajos se aprecia especialmente esa atractiva combinación de madurez y frescura que caracteriza al conjunto de Estación Central de Brasil, y sobre todo en las soberbias interpretaciones de la veterana Fernanda Montenegro y del niño Vinicius de Oliveira, que debuta en esta película. El caso es que la ternura, la piedad, el dolor, las ganas de luchar del argumento tienen su correspondiente reflejo visual en una realización llena de lirismo y credibilidad, que logra plenamente esa "integración orgánica de idea y forma" que, según el gran cineasta ruso Andrei Tarkovski, define a las verdaderas obras de arteUna de las películas extranjeras mas inolvidables de los últimos tiempos, una pequeña gran obra maestra, que propaga un excelente mensaje sobre derechos humanos, magistrales actuaciones (Fernanda Montenegro merecía el Oscar), excelente guión y partitura y sobre todo un Walter Salles en estado puro.
Cuando se estrenó esta película mis amigos fueron a verla, pero yo no pude. y un día de esos en que tienes suerte, me la cruze en el cable, y safff peliculón que me ví. Estación central tiene dos elementos vitales y unicos, sus dos actores principales, un tanto desconocidos para el mundo holliwood, hacen de la pélicula un manjar dem los mejores,
no sólo es una película hecha con clase, talento y precisión, sino que esta rodada con gran inspiración y sobre todo con el corazón, con la ternura y con afán de reflejar con inmutable sencillez pequeñas vidas e historias que se desarrollan en un país de considerables dimensiones. Buen Blog..... .........................
8 comentarios:
Es pura poesía.
Cuando se estrenó esta película mis amigos fueron a verla, pero yo no pude. y un día de esos en que tienes suerte, me la cruze en el cable, y safff peliculón que me ví. Estación central tiene dos elementos vitales y unicos, sus dos actores principales, un tanto desconocidos para el mundo holliwood, hacen de la pélicula un manjar dem los mejores,
no sólo es una película hecha con clase, talento y precisión, sino que esta rodada con gran inspiración y sobre todo con el corazón, con la ternura y con afán de reflejar con inmutable sencillez pequeñas vidas e historias que se desarrollan en un país de considerables dimensiones. Buen Blog.....
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No la he visto, pero debe ser buena (el globo de oro del poster es una garantía...). Juro verla en cuanto pueda. Saludos
Real, cruda, poetica, serena, grande, pequeña, imprencindible y necesaria...
This picture is amazing... Montenegro's for the best actress, your work it's remarcable....
una joya del cine latinoamericano.
Buena recomendaciòn.
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