Critica THE EDGE OF LOVE

NOTA: 6.5

Es inevitable no comparar el film de John Maybury con el de Joe Wright: segunda guerra mundial, pasión y traición, Keira Knightley, son muchos las cualidades de estas dos películas en las que conseguimos similitudes, pero en su esencia, contexto y concepto nos encontramos ante dos películas diferentes. Para mi resulta algo dificultoso desafiar la idea de que este film es superior a Atonement, aunque esta ultima este mejor calculada, escrita y posea un apartado técnico mas notable, The Edge of Love llega al lugar en el que intento pero jamás se ubico Atonement, y es que recuerdo ese duro golpe en la caída del ritmo a mitad del film que amortiguo rigurosamente el potente desenlace. Ambientada en la Segunda Guerra Mundial, este drama se adentra en la relación a tres bandas del poeta inglés Dylan Thomas (Matthew Ryss), carismático, mujeriego y alcohólico, Vera Philips (Keira Knightley) amiga de la infancia, y Caitlin Thomas (Sienna Miller) mujer del poeta. Dylan fue el primer amor de Vera. Cuando años después se reencuentran en Gales, no podrán evitar dejarse arrastrar por sus sentimientos. A pesar de que ambos están casados y de la amistad que surge entre Vera y la mujer de Dylan, Caitlin. La agitada y atormentada vida del poeta, sirven de hilo conductor para describir el ambiente bohemio de Londres durante la época de la guerra y la relación entre dos jóvenes parejas en tiempos inciertos. La pasión, la traición, la ruptura de promesas, la amenaza continua de la muerte y el amor empujan a los personajes de esta apasionante película. El elenco actoral es irresistible, los cuatro personajes principales ejemplifican sus roles a la perfección, Cillian Murphy con la firmeza y solidez que siempre lo caracteriza, Matthew Ryss me recuerda a Casey Affleck en Jesse James correctísimo como un poeta en el declive de la popularidad, Sienna Miller desde el primer fotograma de su personaje, seduce la pantalla la inmensidad de su talento se ve ratificado en este film, y la por siempre encantadora completa lo que dejo a medias en Atonement, en este film si se devora de un solo bocado la pantalla, nos pide perdón por la caída en expiación y nos demuestra que aun posee esa llama que ardió en Pride & Prejudice y que ahora la consume con este decorador rol. Son tan notables las actuaciones femeninas que aun no encuentro cual es superior y señores Keira Knightley y Cillian Murphy si ensamblan como pareja, esta vez si me creo su romance y no como sucedió con McAvoy, el amor y la pasión se respira en cada secuencia acompañados de los melancólicos poemas de Dylan Thomas.

Sharman Macdonald, escribe un guión no del todo perfecto, con algunas pequeñas variaciones argumentales que proporcionan al espectador un estado de confusión, repito es solo por momentos mínimos, que pueden refugiarse y olvidarse gracias a la hermosa melodía y las extraordinarias actuaciones. En este aspecto cae el film, el comienzo es un poco frío y duro, el film se llega a disfrutar en el minuto 30, pero desde aquí hasta los títulos finales el espectador será seducido. Más sensible, poética y romántica que Atonement. Técnicamente, en el film se elaboro un arduo trabajo, que no llega a la perfección pero que logra deleitar nuestros sentidos, y ubicarnos en un estado de satisfacción, la fotografía corre en manos de Jonathan Freeman, hay secuencias muy elaboradas en este apartado técnico, sobretodo algunas escenas en planos abiertos y exteriores, pero hay otras muy remarcadas y oscuras que dan un toque ojival al film, al igual que la trama y la intensidad van creciendo, la calidad de la fotografía mejora para completar una ardua labor en el hipnotizador final. La partitura corre en manos del siempre fabuloso Angelo Badalamenti (mi compositor predilecto), EXTRAORDINARIA partitura, no tan elaborada y conjeturada como Atonement, pero esta simple melodía eleva el film a un nivel extraordinario, la escena sexual resulta fenomenal gracias a Angelo, al igual que el decorador final, la escena nocturna de disturbios y las secuencias bélicas.

Lo Mejor: Angelo Badalamenti elevando la grandiosa escena del desnudo de Keira Knightley, la inmensidad del portentoso elenco actoral resaltando la soberbia Sienna Miller, Keira Knightley cachetea a Cecilia Tallis con esta personificación, el encantador final que hace que olvidemos los pequeños altibajos de la trama.

Lo Peor: las variaciones argumentales que proporciona el guión irregular de Sharman Macdonald.