Titulo: Shame
Director: Steve McQueen
País: Reino Unido.
Género: Drama
Guión: Steve McQueen, Abi Morgan
Fotografía: Sean Bobbitt
Música: Harry Escott
Reparto Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie, Jake Richard Siciliano, Hannah Ware, Alex Manette, Chris Miskiewicz, Jay Ferraro, Anna Rose Hopkins,Eric Miller
Sinopsis Brandon (Michael
Fassbender) es un treintañero neoyorquino con serios problemas para controlar y
disfrutar de su vida sexual. Se pasa el día viendo páginas pornográficas y
manteniendo contactos con solteras de Manhattan...
Trailer: Shame
ATENCIÓN, la presente reseña posee
abundantes spoilers.
Debido a su maestría e impagable vivacidad,
algunas películas merecen que se les mencione con respeto. Shame es una de ellas. Y en esta oportunidad —como en algunas
otras— tratare de hacer honor al sentido más estricto de la palabra «critica», que quiere decir «conocimiento», y no tanto en el sentido
vulgar de juzgar o subvalorar. Aunque por motivos de justicia, finalmente
designare una puntuación como lo he hecho en todos los casos.
En la primera secuencia de Shame, Steve McQueen nos induce al
descenso de los infiernos de un hombre atrapado ante los excesos sexuales que
lo dominan. Allí en las profundidades de Manhattan, Brandon viaja en metro
mientras intimida con solo una mirada, a una de sus nuevas víctimas (el
depredador y su presa). El segundo largometraje de McQueen, resulta abruptamente
absorbente desde su primer fotograma. Ya que atrapa rotundamente con su atroz y
sagas argumento, convirtiéndose en una experiencia arrolladora y dolorosa. En
donde el drama concebido, se diferencia de otros vistos, por ser excesivamente
realista y carente de disimulos. ¡El exceso está servido! ¡La vergüenza de McQueen no ha tenido lugar! Shame es la alianza de performance y el
ingenio. De Fassbender-Mulligan y Steve McQueen.
El depredador apresado.
En
su laureado debut Hunger, McQueen entregó una obra políticamente
demoledora, avivada por la compleja e inteligente dirección que catapultaba a
este realizador, a las aguas inquietas de las mentes más prometedoras de la
realización cinematográfica. Con su
segundo largometraje Shame, McQueen
vuelve intrínsecamente a explorar los límites humanos, a escarbar y manosear en
los más oscuros secretos y placeres que motivan al ser. Shame es un drama
agudo, que transfigura lo tópico y representa ese difícil límite entre la
emoción y la sensibilidad. Esta película que se percibe coral, está conformada
por danzas corporales, miradas empujadas por la estremecedora y circundante
música de Harry Scott (el tema introductorio vitaliza angustiosamente este descenso a los infiernos) y minuciosos flash-backs que documentan el menoscabo
mordaz de Brandon, mientras prevalece con notoriedad en este escabroso camino,
las texturas, los sonidos, el sentimiento, el hedonismo frustrado, y en última
instancia, el quiebre, el dolor.
Para poder ver Shame y no correr el riesgo de terminar en terreno equivoco, hay
que rediscutir la manera en que el medio ha promocionado la cinta. Incluso, con
más exactitud, se debe ver la cinta sin ninguna expectativa y rescatando tal
cual detalle de la sinopsis. Brandon (Michael Fassbender) entregado a su supuesta
adicción al sexo, vive rodeado por la frialdad del absolutismo que el sistema
capitalista adjudica a sus súbditos. De esta manera vemos como McQueen manosea nuevamente el mismo elemento político que cito en Hunger, pero despista al arropar su
intención, en otro trasfondo mucho más polémico y humanista —es imposible no
identificarse e impresionarse con el tema—.
Brandon es un hombre insaciable, que busca desequilibradamente conseguir
el placer, pero que siempre desea y quiere más —es un ir más allá constante—. Otra señal que recurre al sistema
económico norteamericano —y además dominante en todo el mundo—, que impregna a
sus seres de angustia y desesperación, y que anulan la posibilidad misma de la
complacencia, demandando más, exigiendo siempre más. Brandon como fiel esclavo
de su medio, piensa que no hay nada de malo en él, y sigue en su constante
búsqueda por el placer, arrojándose a terrenos escabrosos. Hasta que llega
Sissy (Carey Mulligan), otro ser con heridas
emocionales que representa un punto de inflexión en la supuesta armonía de
Brandon —a veces basta un elemento de irritación para que una situación
encuentre el desenlace histórico detrás del cual estaba—. De esta manera
seremos testigos del exceso de escenas consumadas a la perfección por la
maestría de su realizador, que representan y continúan el estricto estilismo de
McQueen, desde la explicitud visual, los largos diálogos en tomas fijas carente
de artificios y sorpresas, los cuerpos en movimiento en medio del frenesí
sexual, la honestidad narrativa —el argumento es mínimo pero real y brillante—,
la enigmática secuencia del trote de
Brandom por la gran manzana, el vía
crucis sexual de este antihéroe entre
el placer fetichista y homosexual —ya el sexo «corriente» no le genera satisfacción—, el canto Sissy que alberga
el sufrimiento que la atormenta, en
conclusión, seremos testigos de la descomposición de estos hermanos que dejan
su sangre y su piel por el camino que transitan. Evidentemente Shame no es una película fácil de ver y
digerir, es una película digna de ser abandonada a la mitad de su metraje, por
las inmensas sensaciones y reacciones que produce —hoy en día no se va al cine
para que te descompongan emocionalmente—, Shame
es una película que puede repeler al público, pero que consigue algo reamente
brillante en todos aquellos espectadores que se arrojen ante esta frenética experiencia.
Consigue dejar la huella de la duda. Nos hace plantearnos nuestro sistema de
vida y nos hace preguntarnos y cuestionarnos quién es cada quién en el juego
del gato y el ratón. Del depredador y de la presa. Del sistema y el medio que
nos rodea, y el consumismo y la posmodernidad que nos envuelve con sus brillos.
Una película que deja huella, por muy dolorosa que sea. Porque al igual que Brandom, el «ser» toma
conciencia de su ignominia cuando hay un elemento de agitación. Y en ese
momento de revelación, hay un quiebre, una ruptura y un cambio.
Tan brillante y solvente como su ritmo y su
dirección, resulta el monumental trabajo actoral de Michael Fassbender, quien
realiza aquí, el papel de su carrera. Fassbender se transforma internamente en
este roedor contemporáneo. Portador del virus de la ansiedad, la lujuria, el
tormento, la lucha, la duda, la entrega, la soledad y la desdicha. Su semblanza, su belleza y su imperfección
física representan otro ingrediente que magnetizan al espectador. Muy pocas
veces se ve en la gran pantalla un actor como Fassbender, entregado —hasta sus
últimas consecuencias— a las miserias de su personaje. Carey Mulligan es la perfecta contrapartida
al personaje masculino, su locura, su inconsistencia, sus cambios emocionales
proporcionan a ratos afición y empatía. Dos actuaciones explicitas —con
desnudos, confrontaciones y demás— que impregnan la pantalla de rotunda
autenticidad. Difícilmente una película y unos personajes como estos, puedan
olvidarse.
En definitiva, Shame es una propuesta
realista que recalca la insensibilidad humanista del capitalismo, que genera
ansiedad y explota el cuerpo como síntoma del descentramiento del sujeto. Un
crudo y atroz retrato de los excesos y las miserias humanas. Una película que
reduce a cenizas el sueño americano. Que transfigura a sangre, oscuridad y
sexo, el estilo de vida contemporánea —reflejado en la mínima escala de Nueva
York—. Con personajes complejos psicológicamente, y momentos tan delirantes
como perturbadores. McQueen tras Hunger, saca el cine a la calle y lo ensucia
un poco. Éso se agradece hoy en día.
Nota: 9.0/10
9 comentarios:
Como dices la promoción d ela película lleva a un error tremendo!! Supongo que con el escándalo pretenden ganar espectadores... no sé si lo han logrado.
La película va mucho más allá del sexo. Se trata de una enfermedad un adicción que domina al protagonista cada vez más como en un círculo vicioso.
Mulliagan me ha gustado mucho. Su personaje desestabiliza todavía más los tormentod de su hermano, además de añadir los suyos propios.
Buenas interpretaciones y buena película.
Saludos.
Desde el aprecio, creo que es una mala idea copiar y pegar textos tuyos para hacerlos pasar por comentarios en blogs de otros. Una técnica de expansión un tanto fea.
No te lo tomes a mal, es simplemente una recomendación.
Suerte.
No voy a leerte la reseña porque ardo en deseos de verla. Venía a comentarte que en mi página ya funicona bien el bloglist y no estas arriba, sólo, sino en las actualizaciones automáticas.
Un saludo Jose.
Roy
A ver…Querido José, estoy de acuerdo con tu crítica en la calificación y algunos aspectos sobre la lectura de este extraordinario film: 1) Mc Queen que le encanta la polémica, lo dejo claro en su anterior trabajo, pues tuvo sus más y sus menos con la prensa especializada al respecto de su nombre y porque estigmatizar al irrepetible Mc Queen “Bullit”…En fin, es tan buen realizador que como si se quiere llamar Steve Berlanga… En el archivo de el País podrás encontrarla... 2) Si que aborda el trastorno bipolar hipomaniaco sexual representado en parafilias. No estoy de acuerdo en esa valoración tan frívola, que ya no le excitan o le atraen las movidas hetero. Más aún, en la caída libre se puede practicar hasta sexo con animales…En fin, no estamos en el aula de psiquiatría…3) No has hecho mención a las influencias de este director empapado y envuelto de free Cinema Británico ¿Les suena Tony Richardson?. Véase “Hunger” y el sueño de Fassbender “inánime” y su carrera de adolescente por el monte. Aquí hay un travelling por las calles de NY: majestuoso y hermoso con parada en un semáforo destartalado que es la metáfora de su mente, desecha. 4) Y Por último, la crítica me recuerda mucho a la vista en otro blog y como te han comentado en el anterior post, no te conviene esa alternativa porque tienes un blog estupendo con una factura impecable y muy bien documentado. Esencialmente, tu apartado sobre la valoración de directores de fotografía. Un colectivo a veces denostado y envidiado. Conozco el gremio y la maldad de Saura con Storaro pervive. Ah, que no quiero que se me olvide, la soundtrack de H. Escott-por cierto becario, colaborador y amante de M. Nyman – redunda en un corte muy Jon Brion, P. Glass o el propio M.Nyman, claustrofóbico con el tic- tac de un reloj (una suite de 8 minutos y pico), cuando el resto de la Soundtrack hay variaciones de Bach, J. Coltrane o Blondie, amén del Ny, Ny intepretado por C. Mulligan, incomprensible que esta criatura no haya sido nominada por Drive o este film. Recibe un saludo y por supuesto quien no la haya visto, que la vea 2 veces. Esperamos el próximo trabajo del británico con su actor fetiche y B. Pitt
A mi me pareció una buena película hasta que llegó el momento Carey Mulligan como cantante, no habia escuchado cosa más horrenda y aburrida desde hacia tiempo, y eso que acabo de ver Sleeping Beauty, que bueno, sin comentarios. Siguiendo con Shame, me encantó los 20 primeros minutos son de obra maestra, la satira es impecable. Después cuando todo empieza a ser miseria, violencia y simplemente, incomodidad, empezéa valorar la opción de dejar la pelicula a medias, pero seguí, con la experanza de que fuera a mejor. Pero no, la cosa fue de peor en peor hasta llegar a la lista de 'el recurso fácil': el intento de suicidio como parte de climax o drama y el cómo no, el llanto, el grito, pobrecito que pena me da, se me encoje el corazón... Que mania con hacer peliculas terribles sin salida o sin nada que aportar, tirando de penurias y de infelizes. Por lo demás, la fotografia es genial y el actor uno de mis favoritos. Yo le doy un 7.8/10
Si queda claro un trauma desde la infancia, ambos personajes se complementan, ella con su dependencia y el con el narcisismo, el film de Shame un film lleno de frenesí y dramatismo, simplemente me encantó y la recomiendo muchísimo.
Me encanta esta película, irónicamente me relaja. Me parece que se retrata perfectamente el tema y se transmite el sentimiento de verguenza que atraviesa el protagonista que parece nunca haber cuestionado su estilo de vida hasta que llega su hermana y, sin ninguna intención de ello, lo expone a sus propios demonios internos.
En general muy buena crítica, tus puntos son válidos.
me gustan las películas de Steve McQueen
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