Director: Apichatpong Weerasethakul
País: Tailandia
Genero: Fantástico. Drama
Guión: Apichatpong Weerasethakul
Fotografía: Yukontorn Mingmongkon, Charin Pengpanich, Sayombhu Mukdeeprom
Música: Varios
Reparto: Thanapat Saisaymar, Jenjira Pongpas, Sakda Kaewbuadee, Natthakarn Aphaiwonk, Geerasak Kulhong, Kanokporn Thongaram, Samud Kugasang, Wallapa Mongkolprasert, Sumit Suebsee, Vien Pimdee
Sinopsis: El Tío Boonmee sufre una insuficiencia renal aguda y decide acabar sus días entre los suyos en el campo. Sorprendentemente, los fantasmas de su mujer fallecida y de su hijo desaparecido se le aparecen y lo toman bajo sus alas. Mientras medita sobre los motivos de su enfermedad, Boonmee atravesará la jungla con su familia hasta llegar a una cueva en la cima de una colina, el lugar de nacimiento de su primera vida.
Trailer: LUNG BOONMEE RALUEK CHAT
EL CINCEL DE APICHATPONG
Siendo uno de los pocos detonantes del cine espiritual cuya concepción artística resulta tan revolucionaria (y atípica si me lo permiten); el tailandés Apichatpong Weerasethakul es uno de los realizadores más atípicos y menos comprendidos de la actualidad —la palma de oro le ha servido para dar a conocer sus pasados proyectos—ya sea por su apológica idea de llevar su cine mas allá de los limites preexistentes, o por su «a veces cansina» obsesión de deconstruir narrativa y analíticamente, historias místicas alejadas —con recelo— de la afinidad congruente, la analogía y el escepticismo. Entiendo, respeto y aplaudo los fines por los qué Apichatpong posee una personalidad artística tan singular; su idea de proponer un cine que quiebre los limites cinematográficos —hoy en día el cine esta sostenido a una cultura única, una sola forma de contar historias, un solo propósito y un sólo fin— que proponga un enorme reto al espectador y su idea furibunda por poseer un control total de sus películas, me parece algo extraordinario y único. Pero de allí, ha usar esas escusas para darle al publico algo extremadamente ambiguo e innecesario como Lung Boonmee raluek chat, es casi un pecado capital: es algo que me resulta incoherente y hasta estúpido «el mejor de los propósitos convertidos en una notable estupidez». No había tenido anteriormente ningún problema con Apichatpong, Tropical Malady (citando su mejor producción) me parece un ejercicio notable en donde «sus» fines sí dan como resultado una película potente, una heteróclita maravilla; en donde el director logra un manejo narrativo incomparable y su misticismo tiene buen sabor de boca. Pero, Lung Boonmee raluek chat, es algo que va más allá de lo cuestionable. La película esta fuertemente matizada por brillos externos y subliminales que despistan enormemente su resolución. El vacío aquí es disfrazado a la intemperie, bajo una belleza estética sorprendente, haciéndonos creer que se nos cuenta una historia mágica y profunda, tan mágica y profunda que resulta casi imposible de concebir y entender. La historia de Boonmee nos remite a un bosque mágico habitado por seres reencarnados, fantasmas que habitan en armonía en el mundo de los vivos, y en donde la naturaleza despliega su protagonismo, su majestuosidad y lirismo ante la pequeñez del hombre «plano tras plano este contraste es representado». La fuerza de la dirección de Apichatpong es incuestionable, pero su vacío argumental plúmbeo e inminente —aunque muy bien enmascarado por sentencias metafóricas y moralejas con aires de lirismo— hacen de Lung Boonmee raluek chat un producto fallido; bizarro hasta el cansancio, una obra que pinta de novedosa, única y evolutiva —la revolución hueca y sin cimientos, como un Kubrick sin madurez—; en donde si sé le analiza con profundidad no se encontrara nada novedoso ni impactante, ya que sé diga lo que sé diga, el espectador jamás llegara a comprender y respaldar totalmente la diarrea mental de Lung Boonmee raluek chat, y prueba de ello, es la confusa digresión final de Boonmee —el viaje a la cueva de su origen, su inicio y su final en esta dimensión—. Apichatpong intenta sostener sus teorías —cómo si se tratase del fruto del uso de placebos ilegales— cómo un astrónomo y físico intenta dar significado y provecho al interior de un agujero negro; sólo que existe una gran diferencia, el astrónomo si tiene bases para sus especulaciones ¿Qué cultura y religión basan sus creencias en bases reales?
EL CINCEL DE APICHATPONG
Siendo uno de los pocos detonantes del cine espiritual cuya concepción artística resulta tan revolucionaria (y atípica si me lo permiten); el tailandés Apichatpong Weerasethakul es uno de los realizadores más atípicos y menos comprendidos de la actualidad —la palma de oro le ha servido para dar a conocer sus pasados proyectos—ya sea por su apológica idea de llevar su cine mas allá de los limites preexistentes, o por su «a veces cansina» obsesión de deconstruir narrativa y analíticamente, historias místicas alejadas —con recelo— de la afinidad congruente, la analogía y el escepticismo. Entiendo, respeto y aplaudo los fines por los qué Apichatpong posee una personalidad artística tan singular; su idea de proponer un cine que quiebre los limites cinematográficos —hoy en día el cine esta sostenido a una cultura única, una sola forma de contar historias, un solo propósito y un sólo fin— que proponga un enorme reto al espectador y su idea furibunda por poseer un control total de sus películas, me parece algo extraordinario y único. Pero de allí, ha usar esas escusas para darle al publico algo extremadamente ambiguo e innecesario como Lung Boonmee raluek chat, es casi un pecado capital: es algo que me resulta incoherente y hasta estúpido «el mejor de los propósitos convertidos en una notable estupidez». No había tenido anteriormente ningún problema con Apichatpong, Tropical Malady (citando su mejor producción) me parece un ejercicio notable en donde «sus» fines sí dan como resultado una película potente, una heteróclita maravilla; en donde el director logra un manejo narrativo incomparable y su misticismo tiene buen sabor de boca. Pero, Lung Boonmee raluek chat, es algo que va más allá de lo cuestionable. La película esta fuertemente matizada por brillos externos y subliminales que despistan enormemente su resolución. El vacío aquí es disfrazado a la intemperie, bajo una belleza estética sorprendente, haciéndonos creer que se nos cuenta una historia mágica y profunda, tan mágica y profunda que resulta casi imposible de concebir y entender. La historia de Boonmee nos remite a un bosque mágico habitado por seres reencarnados, fantasmas que habitan en armonía en el mundo de los vivos, y en donde la naturaleza despliega su protagonismo, su majestuosidad y lirismo ante la pequeñez del hombre «plano tras plano este contraste es representado». La fuerza de la dirección de Apichatpong es incuestionable, pero su vacío argumental plúmbeo e inminente —aunque muy bien enmascarado por sentencias metafóricas y moralejas con aires de lirismo— hacen de Lung Boonmee raluek chat un producto fallido; bizarro hasta el cansancio, una obra que pinta de novedosa, única y evolutiva —la revolución hueca y sin cimientos, como un Kubrick sin madurez—; en donde si sé le analiza con profundidad no se encontrara nada novedoso ni impactante, ya que sé diga lo que sé diga, el espectador jamás llegara a comprender y respaldar totalmente la diarrea mental de Lung Boonmee raluek chat, y prueba de ello, es la confusa digresión final de Boonmee —el viaje a la cueva de su origen, su inicio y su final en esta dimensión—. Apichatpong intenta sostener sus teorías —cómo si se tratase del fruto del uso de placebos ilegales— cómo un astrónomo y físico intenta dar significado y provecho al interior de un agujero negro; sólo que existe una gran diferencia, el astrónomo si tiene bases para sus especulaciones ¿Qué cultura y religión basan sus creencias en bases reales?
- El cielo esta sobrevalorado, no hay nada allí.
- ¿Dónde estas entonces?
- Los fantasmas no se apegan a ningún sitio, sino a la gente, a los vivos.
Palma de Oro 2010 en el Festival de Cannes, Apichatpong consigue el reconocimiento bajo la norma de laurear películas diferentes sin importar su lugar de procedencia, su costo de producción y su cultura de origen. Lung Boonmee raluek chat, la veo —y la volvería a ver— cómo un ejercicio abstracto y artístico, en dónde me dejo seducir por la forma de sus imágenes y no por su fondo. Atípica, extraña y algo exótica, Lung Boonmee raluek chat, resulta un ejercicio psicodélico y vacío, una película que tiene el aliento, la complejidad y la fuerza visual, para confundir y comprar al espectador; un extravagante manjar que finalmente termina sabiendo a nada, pero que muchos admirara y glorificaran, aunque en mi caso me resulta insólito respetar y admirar un producto cómo este.
Nota: 5/10
2 comentarios:
Aunque si no supera su obra maestra "Syndromes and a Century", esta cinta me quedó (y me quedará)impregnada en la memoria por mucho tiempo...cine onírico al puro estilo de su realizador , obra compleja, pesante, masoquista, sumamente pretenciosa y con una fuerza visual extraordinariamete potente... creo que se podría definir con una sola palabra : Arte.
Tanti saluti José!!!
P.D. Excelete recomendación, el disco de Tim Hecker es simplemente magnético, de los mejores publicados este año.
Le tengo un poco de temor a esta película, siento que me aburriré como ostra, y aún más ignorando el trabajo de su diector y el Cine de la región, pero igual, hasta no ver no hablar.
Muy buena crítica, José. Saludos.
PD: Te invito a que te pases por mi blog y opines acerca de las nominaciones de lo que para mí fue lo mejor en Cine del 2010.
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