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Saturday, May 15, 2010

CANNES 2010 (DÍA 4): Woody Allen decepciona en Cannes con una comedia sosa

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En los últimos años, su trayectoria ha sido cíclica en términos de calidad artística. A cada película buena –aunque muy sobrevalorado, el thriller Match Point lo era— le han seguido tres malas. El año pasado estrenó la neoyorquina Si la cosa funciona, rodada y narrada con torpeza pero capaz de encadenar chistes a ritmo endiablado. Era de esperar, pues, que su nueva comedia, You Will Never Meet a Tall Dark Stranger, iba a estrenarse cuesta abajo. Presentada hace unos minutos en Cannes, fuera de competición, se ha confirmado como una de las películas menos interesantes de su carrera. Protagonizada por Naomi Watts, Josh Brolin y Antonio Banderas, es su segunda película española, aunque no transcurre en España. Es la cuarta que rueda en Londres, aunque podría haber sido rodada en Cuenca: transcurre casi exclusivamente en interiores. Y es una comedia, aunque, en realidad, no tiene mucha gracia. En realidad, no tiene mucho de nada: un poco de amor, algo de pulsión sexual, ciertos toques de traición, y alguna lección que enseñar.  En realidad, You Will Never Meet a Tall Dark Stranger se estructura como un catálogo de lecciones morales. Un personaje, interpretado por Naomi Watts, paga el precio de su inconsciente arrogancia, otro, encarnado por Josh Brolin, es castigado por su prepotencia, y Anthony Hopkins sufre las consecuencias de su vanidad. Es una pena que ninguno de esos personajes sea demasiado interesante. Como en muchas de las películas de Allen desde que dejó de dar invariablemente en el centro de la diana, el director y, en consecuencia, también el espectador, permanecen a una distancia tremenda de todos ellos.



'You will meet a tall dark stranger', la cinta presentada en Cannes, vuelve a las andadas y se ofrece como una comedia triste. En todos los sentidos de la palabra. Sin alma, sin una historia que contar, sin aliento. Exhausta. "Un poco de amor, algo de sexo, alguna traición y, de regalo, algunas risas". Así describe la película las líneas que acompañan a su presentación en papel. Y no se equivoca: todo sabe a poco o a algo, pero no queda claro a qué. Partamos de la premisa, cierta e incontestable, de que es imposible resistirse a Woody Allen. En el encuentro que tuvo con los periodistas estuvo algo más que brillante y soltó perlas como "Obama debería imponer una dictadura en Estados Unidos. Así podría hacer lo que quiere sin oposición". Parecía que estaba en el Nueva York de 'Si la cosa funciona', su anterior filme que, en efecto, sí funcionaba. Por 'You will meet a tall dark stranger' (una alusión fantasmal a las apariciones o los deseos de que algo aparezca) pasean las vidas de un escritor frustrado y frustrante (Josh Brolin), un viejo que se niega a envejecer (Anthony Hopkins), un tratante de arte con aficiones de tratante de arte (Antonio Banderas), una hija angustiada (Naomi Watts) y una madre que es pura angustia (Gemma Jones). De por medio, la triste tendencia a la irresponsabilidad. Nadie quiere hacerse cargo de sus errores. Unos culpan al destino y otros buscan consuelo en el destino que dibujan las cartas. Con estos elementos, un panorama suficientemente catastrófico invita a un resultado necesariamente irresistible. Pero no. Pronto, los medios tonos, los gestos cansados, se apoderan de una historia sin rumbo. Allen se limita a dejar que los personajes circulen por sus propias obsesiones como las fieras del zoo: dando vueltas hasta la hora de la comida. Se supone que el propósito es retratar un estado de ánimo: la sensación que provocan los precipicios. Vértigo, miedo y la tentación de saltar. Pero eso sólo se supone. Cuesta ponerse del lado de unos personajes que se niegan a presentar la mínima muestra de progreso. Ninguno de los actores está mal; ninguno termina de estar bien. Empate a cero. Y esto, tratándose de uno de los directores vivos de referencia, se antoja triste. Incluso en Cannes con buen tiempo.



1 comentarios:

Mariano Masci said...

No soy fanático de Allen, pero soy anti-Cannes (o mejor dicho... le llevo la contra a los críticos-pedantes-de-Cannes), y si en Cannes la critican, seguro que debe ser una obra maestra...
Saludos! =)